La prognosis en la Práctica Tradicional
La predicción
Probablemente sea esta una noción que incomode a más de un lector moderno, aunque si así fuese, es importante tratar de acercarnos lo mejor posible a la mirada antigua para despojarla de cualquier impresión fatalista cerrada.
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En palabras de un querido profesor, Capulus, para el astrólogo/filósofo antiguo la noción de predicción «no es concebida como la declaración de un destino fatalmente inamovible, sino como en términos de su valor preventivo, es decir, de acuerdo a una concepción condicional del destino: como tendencias e inclinaciones del alma, no como una causalidad cerrada, sino una causalidad en donde es posible que el ser humano se vuelva co-partícipe.»
Desde esta perspectiva, éste participa de su propio destino de modo voluntario y directo, o no; lo desee o no; ello sin embargo no implica un destino fatalmente escrito o determinado en el sentido que popularmente se interpreta en la modernidad. De hecho, ¡nuestro destino podría ser extraordinariamente afortunado!
Por el contrario, se trata de un ejercicio que lo que propone es realzar nuestra libertad para decidir, para actuar, para prevenir, para tomar las mejores decisiones en el marco de lo verdaderamente posible y disponible para nosotros, en última instancia en términos de nuestra felicidad.
Aunque no hablamos de felicidad publicitaria, comprendida como una satisfacción inmediata o material, o incluso en términos de un bienestar emocional -no habiendo nada de malo en ello- sino como auto-realización, como un llegar a Ser lo que Somos.
Para expresarlo de otro modo, comparto aquella tendencia filosófica antigua que propone que el destino es en cierta medida negociable; por supuesto dentro de ciertos límites y bajo reglas claramente dispuestas, como en toda negociación justa y de acuerdo también al ingenio y habilidad creativa para negociar de cada persona, para actuar en relación a esos patrones, inclinaciones y determinaciones parciales que simboliza el horóscopo natal, que pueden acentuar en nosotros ciertas predisposiciones, tanto al vicio como a la virtud.
Suele aparecer una infantil caricaturización que se hace acerca de la astrología clásica por parte de cierta prejuiciosa perspectiva moderna, en donde pareciera que los astrólogos antiguos se dedicaban exclusivamente a hacer predicciones terribles acerca de un destino espantosamente determinado, o sugerirse que una predicción explícita podría desquiciar por completo al consultante, concebido casi como un niño aún desprovisto de capacidad de discernimiento.
Ofreciendo un ejemplo genérico: si alguien presentase en su horóscopo una tendencia a la impaciencia, el desborde agresivo o comportamiento violento -un desequilibrio que se corresponde simbólicamente con el planeta Marte- la astrología puede estipular con precisión qué períodos de vida y años particulares predisponen al nativo a ser más vulnerable ante esta tendencia; de este modo se puede prever e intervenir a través de diferentes vías: desde el servicio comunitario desinteresado, ciertas prácticas devocionales, una dieta estrictamente vegetariana durante ese período y el uso (o contraindicación de uso) de ciertas piedras preciosas, colores en la vestimenta y condimentos o hierbas específicas a modo remedial; por ejemplo, en los años gobernados por Marte, evitar los ingredientes picantes, los espacios demasiado acalorados o el tabaquismo, pues estos exacerbarían el desequilibrio estando ello también bajo la signatura de este mismo planeta.
Entonces, la astrología tradicionalmente es concebida como una herramienta ética, es decir de auto-liberación, de co-participación en la construcción de nuestro destino, libertad y felicidad -siendo nuestro carácter y comportamientos también inherentemente destinales- entendida la felicidad como la finalidad del ser humano y la búsqueda de sabiduría siendo expresión de esto mismo.
Esta es una sabiduría que buscamos innatamente, no en términos de conocimientos ni acumulación de información, sino en términos de un auto-conocimiento, un saber conducirnos sabiamente en nuestras relaciones con los demás y de una manera correcta de vivir en nuestra comunidad; esto de acuerdo a una concepción de un Orden Mayor, de una Ley divina, que implicará las reglas del Juego cósmico y Gran Teatro en que nos encontramos.
Consulta Particular
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Enfoque Tradicional
Me baso en la cosmovisión, el diagnóstico y el pronóstico tradicional.
Los múltiples significadores astrológicos nos ofrecen información y posibilidad de explorar y pronosticar sobre los siguientes tópicos generales, que puedes consultarse en un estudio de prognosis de tópicos específicos:
Tópicos de estudio y posible prognosis: vitalidad y salud psico-física, tendencias particulares, dinero y posesiones, vida financiera, familia, educación técnica, documentos y escritos, parentela cercana, hermanos, primos, vecinos, padres, hogar, antepasados, bienes raíces, vida sexual, romances, relaciones íntimas, hijos (propios o no), pasatiempos, animales y mascotas, vida conyugal y convivencia, matrimonio, procesos legales y juicios, enemigos explícitos, socios comerciales, deudas y créditos, pérdidas, herencias, cargas impositivas, estudios superiores y educación universitaria, vida religiosa/espiritual, viajes al extranjero, sueños y profecías, relación con jefes y superiores, vida profesional, posición social y rango, eminencia y fama, statu-quo, vocación, amistades, patrocinadores y aliados estratégicos, encarcelamiento, enemigos ocultos y brujería.